Y 22 AÑOS DESPUÉS... LLEGÓ EL ORDENADOR A LA FERRETERÍA.
Hace unos meses, hablando con un cliente, me reconocía que no sabía que hacer con su negocio. A sus 27 años acababa de hacerse cargo del negocio familiar: una ferretería,... ¡y de las grandes!
Mientras su padre llevó el negocio no introdujo ningún programa informático para hacerse cargo de la entrada y salida de material. Llevaba todo en papel, en cientos y cientos de archivadores que han costado sudor y lágrimas descifrar... ¿Qué por qué no lo hizo? Pues por costumbre. El antiguo dueño es un hombre de 65 años que nunca necesitó utilizar un ordenador. Toda su vida se ha servido de su memoria para llevar las cuentas, su establecimiento creció con él y lo tenía todo bajo su control. Nunca se había planteado el día en que tuviese que dar paso a las nuevas generaciones.
El problema llegó en el momento del traspaso del negocio de padre a hijo: "Papá!, ¿pero dónde tienes las tijeras de inox?... ¡Papá! ¿Y los tornillos de 15?..." Todos los días tenía que hacer llamadas a su padre para localizar alguno de los productos que demandaban los clientes. Pero ¿cómo los iba a vender si ni siquiera sabía lo que había en el establecimiento? Aquello era una locura,... "pintura refractaria... si...si, creo que tenemos,... umm... lo siento... tendráque esperar un minuto que llame a mi padre... todavía está todo de su mano y no encuentro lo que me pide..."
Esta mala imagen se sucedió a lo largo de varios días y al final desencadeno en el inevitable: la instalación de un programa informático donde se hiciesen constar todos y cada uno de los productos que tienen en la tienda, el precio de cada uno de ellos, el stock, el pasillo y la estantería donde están colocados,... ¡todo!... absolutamente todo con solo pinchar un botón.
Y cuando parecía que todo empezaba a estar bajo control,... llegó lo peor... ¡alguno de los empleados tampoco sabía utilizar el ordenador!
El ultimátum fue duro, pero efectivo. ¡O aprender a utilizar el ordenador o jubilación anticipada! Se dieron de alta en el curso de office para principiantes que damos a nuestros clientes en Círculo Gacela, y en pocas semanas fueron capaces de manejarse por si mismos.
La nueva imagen del establecimiento, más rejuvenecido y dinámico, está atrayendo a nuevos clientes. La inversión ha sido fuerte pero se está compensando con creces con el aumento de clientes y de beneficios que se está consiguiendo.
Gracias a saber lo que había en la tienda, consiguieron maximizar el espacio: mismo espacio, menos stock por producto, más productos para ofrecer,... mayores beneficios.
Lo que la tecnología puede hacer por una ferretería es impresionante, pero lo más increible todavía es que en números reales y gracias a solamente un programa informático, el beneficio en tres meses les haya aumentado un 15% con respecto a las ventas de meses pasados.
No importa la edad. Siempre vas a necesitar saber algo nuevo para manejarte en el trabajo que desempeñes. El por qué variará, pero la necesidad de formarnos siempre estará presente.
María Fernández
Hace unos meses, hablando con un cliente, me reconocía que no sabía que hacer con su negocio. A sus 27 años acababa de hacerse cargo del negocio familiar: una ferretería,... ¡y de las grandes!
Mientras su padre llevó el negocio no introdujo ningún programa informático para hacerse cargo de la entrada y salida de material. Llevaba todo en papel, en cientos y cientos de archivadores que han costado sudor y lágrimas descifrar... ¿Qué por qué no lo hizo? Pues por costumbre. El antiguo dueño es un hombre de 65 años que nunca necesitó utilizar un ordenador. Toda su vida se ha servido de su memoria para llevar las cuentas, su establecimiento creció con él y lo tenía todo bajo su control. Nunca se había planteado el día en que tuviese que dar paso a las nuevas generaciones.
El problema llegó en el momento del traspaso del negocio de padre a hijo: "Papá!, ¿pero dónde tienes las tijeras de inox?... ¡Papá! ¿Y los tornillos de 15?..." Todos los días tenía que hacer llamadas a su padre para localizar alguno de los productos que demandaban los clientes. Pero ¿cómo los iba a vender si ni siquiera sabía lo que había en el establecimiento? Aquello era una locura,... "pintura refractaria... si...si, creo que tenemos,... umm... lo siento... tendráque esperar un minuto que llame a mi padre... todavía está todo de su mano y no encuentro lo que me pide..."
Esta mala imagen se sucedió a lo largo de varios días y al final desencadeno en el inevitable: la instalación de un programa informático donde se hiciesen constar todos y cada uno de los productos que tienen en la tienda, el precio de cada uno de ellos, el stock, el pasillo y la estantería donde están colocados,... ¡todo!... absolutamente todo con solo pinchar un botón.
Y cuando parecía que todo empezaba a estar bajo control,... llegó lo peor... ¡alguno de los empleados tampoco sabía utilizar el ordenador!
El ultimátum fue duro, pero efectivo. ¡O aprender a utilizar el ordenador o jubilación anticipada! Se dieron de alta en el curso de office para principiantes que damos a nuestros clientes en Círculo Gacela, y en pocas semanas fueron capaces de manejarse por si mismos.
La nueva imagen del establecimiento, más rejuvenecido y dinámico, está atrayendo a nuevos clientes. La inversión ha sido fuerte pero se está compensando con creces con el aumento de clientes y de beneficios que se está consiguiendo.
Gracias a saber lo que había en la tienda, consiguieron maximizar el espacio: mismo espacio, menos stock por producto, más productos para ofrecer,... mayores beneficios.
Lo que la tecnología puede hacer por una ferretería es impresionante, pero lo más increible todavía es que en números reales y gracias a solamente un programa informático, el beneficio en tres meses les haya aumentado un 15% con respecto a las ventas de meses pasados.
No importa la edad. Siempre vas a necesitar saber algo nuevo para manejarte en el trabajo que desempeñes. El por qué variará, pero la necesidad de formarnos siempre estará presente.
María Fernández